15 oct 2013

Nacida bajo el signo de... sagitario

Siento que puedo explotar si no escribo esto,
siento que mi vida jamás tuvo un vuelco tan inesperado como el de hoy cuando cerré un libro recomendado. Suelo leer y suelo seguir la trama en cautela pero jamás un libro había provocado estas sensaciones en mí, nunca nada había desplomado a mi ser interior, y jamás ninguno lo desvistió tan delicadamente, y con suma simpleza demostrando toda mi desnudez. Es increíble como me tiemblan las manos, y como mi curiosidad prosiguió al paso de sus páginas. Llegó el final de aquella historia, y yo todavía conservo el sentimiento de tener un nudo en la garganta como si lo hubiera vivido en carne propia, leer aquella trama fue lo más real que tuve en mi vida después del nacimiento de mis hermanos. Es como si se notara en cada capítulo todos mis faltantes, todas esas carencias que suelo admirar en otras personas, lo rara que me puedo sentir muchas veces y que estoy segura que a más de una le pasó. En cada capítulo se reflejan todos mis miedos, ese complejo de ser siempre menos que alguien y a su vez, mi inseguridad tan fiel. 
Escasas veces pude sentirme confiada en alguien, pocas sentí que realmente alguien más me sostenía, y tengo muy claro en quiénes caí, y en quiénes me desplomé para ser lo que hoy soy. Ésta es la Agustina en su esencia pura, esa Agustina que tiene miedos, y que se esconde de aquello que le resulta perturbador, aquella que vive de recuerdos y que niega entregarlos, aquella que se aferra a lo que tiene, que se asegura al puerto seguro y teme a los riesgos. Aquella tan insegura y buscadora de sueños, abrazos y compañía como también culpable, vulnerable, y sensible. Ciertamente muy pocas personas son la que la conocen, es un complemento más, pero no menor. Es ésta la esencia que hubiera temido publicar. Es la esencia que va conmigo, es ella quién busca reconfortarse en alguien más, es ella quien trata de amar para ser amada. Como también la que se camufla para no ser más vulnerable de lo que es. 
Todos tenemos una segura apariencia detrás de la primera, y la camuflamos, ya sea por dolor, vergüenza, y hasta inseguridad. Perdón si me adelanté a que me conocieras, pero si entonces no podes ver en mí más allá de mi primera capa entonces no me interesa que veas lo mucho más que hay. Me interesa que mi ascendente, o quien sea que esté detrás sea humana conmigo en total esencia expuesta, como me expuse en este momento. No acostumbro a ventilar detalles de mí vida, pero creo que es necesario satisfacer ese vacío que hoy siento. 

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